—Cuando uno es feliz vive.
Cuando no, se hace pajas y escribe—.

[Jero Varas]

Cuando me pique el alma y sólo pueda rascarme con la
punta de un boli bic me sentaré y haré que todo salga,
hasta que el arte y el dolor me dicten que me eximen de su carga,
hasta entonces… ¿con existir me basta?
Preguntas sin respuestas a las que damos largas.
Aquí nadie se escapa, algunas simplemente
luchan a capa y espada y otras siguen la corriente,
así que calla.

[Johan Cladheart]

Tira la muralla,
acaba con aquí y allá,
imaginación contra realidad es la batalla.
Si transcribo ideas contra mi voluntad,
¿soy yo el artista o sólo un esclavo de una deidad
de una aldea? Jalea real, es más por necesidad
te juro, yo preferiría respirar,
mas es duro, ser esclavo de las ganas de gritar,
de escribir y de rimar:
el arte me mata,

[JV]

me reta, me asfixia, me salva,
me destroza la espalda, me exige toda la atención
hasta que llegue el alba, y más allá,
hasta el punto de que hiciese y deshiciese diecisiete veces cada verso,
la cabeza estalla,
explorando cada vía de acción posible,
volviendo las raíces del dolor visibles,
para regodearse en él o destruirlo, para ser libre
pese a que el pasado desequilibre.


[JC]

Miro hacia atrás y no creo que haya sido feliz
más de tres días seguidos
y soy yo mismo, me da en la nariz
que me boicoteo
porque de acabar por serlo dejaría de escribir.
Persona y artista en constante combate de boxeo.
Quise ser leyenda,
bienvenido a mi mausoleo:
Sin propósito de enmienda
vuelvo a buscar jaleo:
a veces escribo y a veces voceo.

[JV]

A veces coreo, a veces discrepo,
con desazón y agobio ya que al seguir al corazón
se hace obvio que en este mundo maniqueo en blanco y negro
producto del odio ya no quepo,
puesto qué posibilidades tengo si nos roban el tiempo
pa pensar más allá del siguiente movimiento,
para ser honesto más allá de un simple gesto,
horas interminables para escribir esto.

[JC]

Mirando las piezas del tablero de ajedrez,
con la extrañeza del que vive solamente una vez,
cómo explicarles que
no es un pasatiempo,
esto de controlar el tempo y volverlo atemporal,
emponzoñar con tinta
lo que, si no, sería una vida normal.
Amar el complicarse,
y enrocarse cuando vengan a besarte
o cuando vengan a matar.
Sólo con la guerra encuentro paz.