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Misantrop​í​as

by Johan Cladheart

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1.
Crimen 03:01
La vida es tormenta y hay que mojarse, si te resguardas, te la pasaste y ya no hay vuelta. La solución la tiene quien no tiene el problema… y ése el tema. Lo bueno no basta para el exigente y el tiempo se gasta, hay demasiada gente y muy poca pasta, a fin de mes tira de casta, por ahí lo dicen, que ha vuelto al lugar del crimen, ¿quién es tu dealer de rimas? ¡Dime! Yo no me exhibo en la alfombra roja, dicen que Johan ya no es el mismo; no puedo serlo, no hay conformismo, de nuevo a cero, prefiero querer y callar que decir: «te quiero». Y luego mendigar en las calles por tu beso, yo solo como siempre, nací en diciembre y quiero ser frío, como el hielo deshaciéndose en los brazos de tu líquido mientras sonrío para disimular que el odio de aquí dentro cada vez va a más, y estoy perdido, sin latido, en este río de monotonía. Y veo lejos, luce menos, la esperanza muere cada día, hay que luchar, un poco más… Yo me maté a mí mismo y volví a nacer. No me he rendido aún, pero quise perder. Y ahora que vuelvo a ser yo mismo soy tan distinto que… lo vuelvo a hacer. Yo me maté a mí mismo y volví a nacer. No me he rendido aún, pero quise perder. Y ahora que vuelvo a ser yo mismo soy tan distinto que… lo vuelvo a hacer. Sólo oigo ruidos ahí fuera, flotando en cada atmósfera, en el aire, levantando polvaredas. Son mil veredas y el ruido de conciencias que me hablan a la vez, ¿obedeces a la ciencia o crees en la fe? En esencia el pasado no se puede deshacer, unos lo rezan y otros quieren el porqué, no todo lo que hice pude hacerlo bien, ni todo lo que sé, ni lo que di de sí, ni eso que se fue, ni qué volvería a hacer, ni de qué me arrepentí. De no pedir perdón mil veces, de perder el tiempo entre que amanece y anochece, de no hacer lo que quise hacer, también de romperme la cabeza cada vez que la razón y el corazón se peleaban. Yo los escupía en el papel y la almohada me decía cada día: «¿Qué vas a hacer?». Yo me maté a mí mismo y volví a nacer. No me he rendido aún, pero quise perder. Y ahora que vuelvo a ser yo mismo soy tan distinto que… lo vuelvo a hacer. Yo me maté a mí mismo y volví a nacer. No me he rendido aún, pero quise perder. Y ahora que vuelvo a ser yo mismo soy tan distinto que… lo vuelvo a hacer.
2.
Nada cambia 03:32
Siguen los bares a reventar en la ciudad, siguen, siguen buscando ligue después de privar, con chinchín y brindis, luego venís a hablar de arreglar el país… ¡Nada cambia! El cigarro a los doce para demostrar que eres hombre, sin tragar el humo, el jefe acomodado que se esconde fumando puros, luego asciende al trepa que se puso la medalla en el curro tirando muros. Las mismas frases para ligar, hablar de amor para follar, las mismas frases para rapear, hablar tanto de rap para luego no hablar nada, la doble personalidad del impúdico que te apuñala en privado, luego te aplaude en público, el único garito decente cerrado, si las chicas no bailan no llega pasta a ningún lado, los tópicos, típicos críticos que me tienen quemado. «Cariño, llego tarde a casa el viernes», reuniones de trabajo largas en el club de alterne, es otra película pero el mismo guión, yo gano la matrícula con la misma canción. Dicen que es como ha de ser, pero es trampa, todo sigue igual en la espiral en la que andamos. Nada va a cambiar, no. Todo sigue igual en la espiral en la que andamos. Nada va a cambiar, nada va a cambiar, nada va a cambiar, no. Nada va a cambiarnos. Si vas con la corriente o andas contra ella eres parte del sistema: sal del caudal del río. Siguen siendo ricos unos pocos y otros muchos vamos de vacío, seguimos en lo mismo, sólo que esta vez, no dicen nada a los ojos y lo sueltan por la red, y es mucho más frío. El truco es que es más fácil pertenecer a un grupo que pensar por uno mismo, y de ahí al sectarismo, ciudad de consumismo, de egoísmo. No queda para comer pero siempre sacan para fumar y para beber… ¡está todo perdido! En la calle puedes aprender pero no si no has leído nunca un libro. No sé para quién escribo porque cuanto más sé, sé que estoy más confundido. Me quedo en tu planeta pero mi mundo es mío, tengo la maleta llena de vacíos. Ellos siguen con su dios y yo busco los míos, por cruces y desvíos, y así llevamos siglos, y miro, y no me gusta lo que veo, ni lo que vivo… pero no soy ciego y aún respiro. Dicen que es como ha de ser, pero es trampa, todo sigue igual en la espiral en la que andamos. Nada va a cambiar, no. Todo sigue igual en la espiral en la que andamos. Nada va a cambiar, nada va a cambiar, nada va a cambiar, no. Nada va a cambiarnos.
3.
4.
Cuando no queda nada, con nada vuelvo a ir. Que nadie diga nada que no hay nada que decir. Y miro a la ventana y sé que quiero huir, ésta no es mi casa, no voy a volver aquí. Cuando no queda nada, con nada vuelvo a ir. Que nadie diga nada que no hay nada que decir. Y miro a la ventana y sé que quiero huir, ésta no es mi casa, no voy a volver aquí. La libertad está en la punta de los dedos, quiero ser esclavo de lo que amo y amo de mis miedos, las manos en el cielo, tratando de tocar ese lugar que dieron por llamar felicidad y quiero, que todo sepa a nuevo y silencio, que mi cabeza tiene demasiado ruido y tu boca tiene precio, el del cariño que no vino y se tornó en desprecio —despacio—, de puntillas por encima del trapecio. Nacido en tierra árida como las flores que resisten el invierno, los ojos hablan desde lejos, aunque la primavera no te deje ver la mierda y creas que todo es perfecto, luego el desierto, en verano es cuando cierro bares, dejo el corazón abierto y en otoño… ¡En otoño, con las plumas mojadas, quiero estar muerto! No queda nada después de tanto tiempo. La libertad está en la punta de los dedos… las manos en el cielo. Cuando no queda nada, con nada vuelvo a ir. Que nadie diga nada que no hay nada que decir. Y miro a la ventana y sé que quiero huir, ésta no es mi casa, no voy a volver aquí. Cuando no queda nada, con nada vuelvo a ir. Que nadie diga nada que no hay nada que decir. Y miro a la ventana y sé que quiero huir, ésta no es mi casa, no voy a… No, no. No voy a volver aquí. No, no. No voy a volver aquí. No voy a volver, no voy a volver, no voy a volver aquí. No voy a volver, no voy a volver, ¡no voy a volver aquí! Cuando no queda nada, con nada vuelvo a ir. Que nadie diga nada que no hay nada que decir. Y miro a la ventana y sé que quiero huir, ésta no es mi casa, no voy a volver aquí. Cuando no queda nada, con nada vuelvo a ir. Que nadie diga nada que no hay nada que decir. Y miro a la ventana y sé que quiero huir, ésta no es mi casa, no voy a volver aquí.
5.
Tarareo 01:25
Vuelvo contra este frío acero, soy el cero porque paso por delante del primero, ta, ta, ta… Tengo monumentos a palabras que te traigo, ¿sabes cómo hago? Soy el mago, el hechicero, ¿mi varita? El lapicero. Corazón de tinta y cenicero. Pero, pero, pero… ¿Cómo lo hace? Con esto se nace, no se hace, tengo clase, disparo al avispero y tarareo. Soy titiritero, trilero, no creo nada si no veo primero, no tengo miedo a ningún MC que venga aquí a por este puesto, oye esto, al que llaman Johan, la flota de veleros de raperos contra este bombardero, a toda máquina escribiendo páginas, mis láminas de acero, cae el aguacero, saliva sobre redes de un micrófono certero y tarareo. Vuelvo, llama a los bomberos, quemo queroseno sin freno, veneno de esta lengua, mientras a miles de leguas el fenómeno suena como el trueno, ¡ta, ta, ta! ¡Ya lo tengo! El microfonista en el tejado, llueve sobre mojado cuando llego a tu agujero, hago lo que quiero, con o sin dinero, sigo siendo el rey y tarareo. Soy titiritero, trilero, no creo nada si no veo primero, no tengo miedo a ningún MC que venga aquí a por este puesto, oye esto, al que llaman Johan, la flota de veleros de raperos contra este bombardero, a toda máquina escribiendo páginas, mis láminas de acero, cae el aguacero, saliva sobre redes de un micrófono certero… ¡Pim, pam, fuego!
6.
Hace tiempo que te vengo viendo por el bar donde yo suelo privar todos los viernes por la tarde, y no sé de qué hablarte, ni sé cómo acercarme, sólo puedo mirar y desearte. Miro de reojo tu escote, tus ojos, tu clase. Tienes ese algo que hace que los hombres lleguen a desesperarse, me pongo hasta nervioso si te veo entrar, sufro por si un día alguien te viene a acompañar, no sé si ese anillo tuyo significa algo, tampoco es que me quiera casar, no sé, el caso es que pasan los tragos al vaso y las horas se van, ensayo frases para decirte pero al final nada; tú te vas al rato y yo me quedo hasta que cierro el bar, acabo solo pensando que te dejé escapar, no sé por qué me rayo, seguro que tiene un novio más guapo; pienso después que puede ser verdad, que no aparta la mirada cuando la estoy enfocando, llevo casi un mes ya que bajo al bar aunque no quiera, aunque no tenga pasta en la cartera me pongo borracho para estar con ella, sólo por ese rato en el que estoy sentado allí esperando a que ella venga, es mi quimera, ¡déjame el güisqui camarera!, que tengo muchas penas y me las estás cobrando, por hoy me vale ya, me salgo, mañana vuelvo. Y quiero tenerte, y quiero tocarte, y quiero cogerte y no dejo de pensar que, quiero tenerte, y quiero tocarte, y quiero cogerte y no puedes escaparte ya. Y quiero tenerte, y quiero tocarte, y quiero cogerte y no dejo de pensar que, quiero tenerte, y quiero tocarte, y quiero cogerte y no puedes escaparte ya. Y ahí estaba yo como un puto clavo, si viene esta noche te juro que le digo algo. Entramos al bar, saludamos: «¿Qué pasa?, ponte unas cañas que estamos más secos que palos», nos sentamos, bebo y espero, si pasa, y al rato allí estaba, entró con dos amigas y nada, las hormigas me subían por la tripa, yo así no podía, ya mejor me voy para casa, ahora a ver qué hago, esta timidez me mata, me bebo todo de un trago. Espero un poco, ¿y qué le digo? Me estoy volviendo loco y ni la conozco, estoy perdido; me bajo al baño y a lo mejor nos cruzamos. Bajé y me dijo el espejo que «¡vamos!», así que vi al subir que ya estaba bajando, yo sonreí y ella miró, pero no supe qué decir y me aparté y pasó como si fuera un coche caro. De aquí no paso, pedí en la barra dos y la esperé pensando, subió otra vez y pregunté que si tomaba algo. Me dijo: «Sí» y estuvimos charlando. Cuando bebió me preguntó que por qué había tardado tanto. No soy lanzado… le pregunté: «¿Ya lo sabías?». No contestó, pero era claro. Después me dijo: «Mira, estoy con mis amigas», pero me cogió la mano. La vi salir, a la semana volví y ella estaba allí como un clavo. ¡Vamos! Y quiero tenerte, y quiero tocarte, y quiero cogerte y no dejo de pensar que, quiero tenerte, y quiero tocarte, y quiero cogerte y no puedes escaparte ya. Y quiero tenerte, y quiero tocarte, y quiero cogerte y no dejo de pensar que, quiero tenerte, y quiero tocarte, y quiero cogerte y no puedes escaparte ya.
7.
Esto es lo primero que hago, mordiendo muérdago, de nuevo en el filo, sigo abatido y no caigo. Han cambiado todos tanto que hasta yo he cambiado, atado al pergamino, mi delito ya es pasado. De nuevo entregado al sonido empírico que traigo, durmiendo en ciénago, llorando lava en malos tragos. Vuelan murciélagos en el estómago a tu lado, son tantos los poetas escribiendo versos a la luna que la luna ya no quiere versos engañados —es algo más amargo—, respiro oxígeno debajo del vapor de los cristales empañados, el desembarco, vuelvo a la orilla ya después de ahogarme en el letargo. Al borde del infarto, en península habitada siendo náufrago, pido relámpagos para noches oscuras, nubarrones de locura para días soleados. Los pies calados, buscando la fortuna cada vez que tiro el dado. Acostumbrado, tanto que lo nuevo deja de ser nuevo al poco rato. No quedan adversarios y sin embargo me siento perdedor cuando a mi alrededor no hay más que caos; hablo con Dios antes de cerrar los párpados. Es complicado andar cuando la sombra del pasado está a mi lado, buscando sueños, que no son más que sueños que quedaron tiritando, yo voy tirando del ancla que me tiene atado, sigo empujando las nubes de miseria, la cara seria que tiene la sonrisa por tejado. Buscando algo sin saber qué es ni para qué ni cuándo, ¡buscando algo! Yo soy el vástago de la poesía sin zapatos, de la música sin tratos. Mirando el fuego compro sosiego y vendo mi ego deambulando en los mercados. De nuevo en el juego, no juego a lo que juega el resto pero sigo aquí, buscando duelo, velando armas, buscando algo que no está inventado. Buscando algo que no está inventado. Buscando algo que no está inventado. ¡Buscando algo, yo!
8.
Con la voz rota… y el corazón cosido… Yo soy la aguja del pajar, el más difícil de encontrar, la bola negra en el billar —la primavera que no llega—. La tierra del fondo del mar, soy el deseo de volar, el miedo de la oscuridad —la cara de la luna llena—. Soy eso que pudimos ser, vivo en la casa sin barrer, entre la espada y la pared —soy un mensaje de botella—. Soy el recuerdo de esa vez, el amor que no quiere ver, el gallo del amanecer —soy la sonrisa de la hiena—. La oveja negra del redil, la espuma de cada barril, el tren que busca otro carril —la corona de una doncella—. La foto rota de tu atril, las mil maneras de morir, la flor que tapa ese fusil —el brillo al morir de una estrella—. El sol de invierno sin calor, el gato negro que cruzó los campos de Castilla y vio —puertas cerradas por la pena—. Sombra en la noche sin control, soy el rumor de la pasión, soy el mirar del girasol —lágrima en lluvia que no seca—. Yo soy el truco del tahúr, la fuente de la juventud, soy soledad de multitud —soy el cantar de una sirena—. Soy el muñeco de vudú, tú el brillo del iris azul, que la poesía eres tú —yo soy poeta de madera—. Poeta de madera, de esquinas dobladas, jirones de tela, de frente arrugada, de sangre cansada, durmiendo en las venas… El último mono en escena. Poeta de madera, de esquinas dobladas, jirones de tela, de frente arrugada, de sangre cansada, durmiendo en las venas… El último mono en escena. Poeta de madera, de esquinas dobladas, jirones de tela, de frente arrugada, de sangre cansada, durmiendo en las venas… El último mono en escena… La pena, la lluvia, las velas, el agua que pule la roca en el viento que frena, sirenas que cantan al paso de brea, si tú eres la luna yo soy la marea, que crea palabras que pesan y pasan sin que nadie las crea. El último mono, la última idea, la escuela de cada bala perdida que tiras luchando en la guerra, palabras tachadas que quedan hablando a susurros debajo de esa novela, vivo encerrado en las almas cantando mi pena, izad las velas, el último mono en escena con el timón, vivo encerrado en las almas cantando mi pena, ¡vivo encerrado en las almas cantando mi pena! ¡Vivo encerrado en las almas cantando mi pena! El último mono en escena. El puto último mono en escena.
9.
Después de subir aquella noche al cielo con pincel de pelo y pintar la luna para bajar la de verdad en una cuna y envolvértela en papel de caramelo, después de mi desvelo, después de morder tu anzuelo y vivir en tu pradera, yo que era feliz en mi burbuja de pecera, después de mi quimera, de mañanas de tetera y cafetera, tras ser el despedido de soltera, después de olvidarme los principios para convertirme en príncipe, siendo yo un anfibio que nunca pasó del índice en los cuentos de amor, busqué y corté una flor para pedir la mano de una sílfide. Yo, que ya no disimulo cuando miro, a ti, que soy un girasol cuando te escribo, después de todo lo que he dicho, me miras y me dices: «No, te quiero como amigo». Después de todo lo que he dicho, de lo que he hecho, de tu capricho, me dejo el pecho por ti. Después de todo lo que fui, de lo que vi, siempre te dije «sí», y estoy deshecho. Después de todo lo que he dicho, de lo que he hecho, de tu capricho, me dejo el pecho por ti. Después de todo lo que fui, de lo que vi, siempre te dije «sí», y estoy deshecho. Después de todo lo que he dicho, de lo que he hecho, de tu capricho, me dejo el pecho por ti. Después de todo lo que fui, de lo que vi, siempre te dije «sí», y estoy deshecho. Después de todo lo que he dicho, de lo que he hecho, de tu capricho, me dejo el pecho por ti. Después de todo lo que fui, de lo que vi, siempre te dije «sí», y estoy deshecho. Después de todo…. después de poner el mundo a tus pies…
10.
Premonición 04:38
Deja de vender tus perlas, yo vengo de estraperlo, tengo el culo blanco pero me crió un negro sujetando un micro, si quieres verlo, mis técnica es eterna, yo compito, ¿por qué si no queréis hacer mierda y venderla con lacitos? No os vendría mal un poco de vergüenza y de respeto, yo me parapeto en tu influencia, por eso vine al circo, tengo millones de versos y sigo metiendo la del cinco, ¿cómo lo explico?, es lo que salva mi vida, me ofende cuando no lo cuidas, a mí me duele, soy un escriba, vengo a cribar tu semilla, a derribar el barco que arriba, vengo a enseñarte a navegar, yo, que estoy pasado de priva y me voy a la deriva. Ya he comprendido, quería competir y ahora me la pela, quiero freír el micro, yo solo en este estudio me aguanto mi vela, invoco el diluvio del audio, dejo el vúmetro con más grados que Mercurio, es ácido sulfúrico, déjate llevar por el lenguaje, el resto es devoción a la emoción del oleaje, si hoy me como libros es porque empecé aquí, estoy agradecido a cada verso que leí, a cada rapper que oí, por inspirarme a lo desconocido. Tengo un propósito y es defender este sonido, te mando al Nilo, al depósito de cadáveres, mirad mis malabares cuando le doy a grabar, ¡dijeron escuchar lo mío esas tartanas! Ya no tolero más burla, no vengo a cantar Clavelitos a tu ventana, ¡vengo a dar la murga! Hacía la habitación retumbar —ja—, mi abuelo pensaba que era una fábrica, hincho mi caja torácica y lo expulso, no necesito discográfica ni participar en su concurso, quiero hacerlo oscuro, que suene puro lo que carburo, camino en riscos haciendo peripecias, las lenguas necias se amparan en que no he vendido un disco, yo disimulo, como si no quisiera, hago discursos, no soy cualquiera ni lo pretendiera, soy mi delirio, la fiebre del auxilio, si subo al escenario, sí, bebo aunque esté de servicio, tengo un prestigio que yo mantengo, nervioso antes de salir porque me importa, machaco la garganta y «ahora vengo», ya no me corta, me tiene sin cuidado lo que sienten, yo quiero ver lo que hacen, el resto del paisaje no es un paraje importante: todos lo tienen. Ella me dijo: «Ven a la cama, anda». Yo contesté: «La inspiración no tiene horario, tómalo con calma», que la estilográfica de este estrafalario es sagrada, si se me ocurre algo te dejo con la palabra en la boca ahí mismo y me voy a mi abismo a esculpir versos en la roca a cinceladas. Toma nota de mi premonición, mi munición está mojada pero de pasión, ya no tengo tiempo, en el Olimpo andamos ocupados matando raperos malos de dos en dos. Son mis orígenes, no espero que lo entiendas, porque tú oyes y no escuchas, que es como mirar con vendas, a mucha honra, canto en la ducha sin pensar en si va a acabar en la tienda, tendrías que verla… Yo ya lo siento, pero confieso que mis mejores conciertos los he hecho en el coche mientras iba conduciendo, menudo viejo dejado, bajo sin mirarme al espejo, sigo usando gorra sólo cuando no puedo peinar estos rizos, que parecen púas de erizo, y esta barba de loco enfermizo, no me jodas con que soy moderno. ¿Yo? Yo pagaría por más días de invierno. Cuando vuelvo a casa dejo la sonrisa en el perchero, desconfío de mi propia sombra, ¿cómo quieres que confíe en el gobierno?, mi obra es de sol y sombra, mi alfombra guarda secretos, soy un puto escombro, para llorar inclino la cabeza y mojo mi propio hombro, y no es extraño, fui arrojado al río recién nacido como Moisés, y ahora me ves y dices: «¡Coño! Este líder está hecho de oro como la tumba de Ramsés», puedes ver mi verso en castellano antiguo, en el salón contiguo está mi texto ambiguo machacando ese escrito tuyo tan exiguo, fluyo en círculos oblicuos, quid pro quo, busco pingües beneficios, activa la alarma porque tengo un arma y he entrado en el edificio, la gente se exalta como cuando Reincidentes toca Vicio, sin vicio no puedo estar fuera de quicio, ya pierdo el juicio, porque si escribo me quedo en pelotas, me miran señoras por el visillo, me tapo con la primera metáfora que pillo y les digo: «¡Oigan! No es lo que parece, yo follo vestido». Creo que ya he entendido que son líneas infinitas de pasillo, puedo seguir así durante horas, nada tiene final, nada principio, en este ciclo, yo cojo el guante de tu reto, me lo pongo y te abofeteo, si quieres te dejo contar mis sonetos, estás en un aprieto si aprieto el botón rojo y luego, mientras se graba, cojo y rapeo, sólo me relajo cuando leo, ateos vendiendo dioses se presentan en mi templo, quizá para quererlos, quizás parar querernos, yo…
11.
Año tras año subí un peldaño y una vez arriba me tiré de un salto, sin lucha no hay victoria, no se gana sin cansancio. Ella me dijo: «Es parte de tu encanto, eso de enamorar por ser un rancio». Sonrisas de cartón al escenario, al hipócrita lo llaman sociable, afilo en un rincón esta voz como si fuera un sable. Y maldecir sin gritos, con palabras de granito, yo soy un híbrido, no soy esclavo de un estilo, no aprenderás a volar si no te tiras al vacío, por llorar por dentro me llamaron frío, no renuncio a un desafío y no me relajo, no es un trabajo, es un placer, desde mi anonimato lo dejo caer, a ver quién es el guapo que lo puede resolver, es algo químico, demasiado tímido para encender la chispa, mira por dónde, al final resulto ser el alquimista, el ritmo y yo, como Walter White y Jesse Pinkman, casi cien por cien pura metanfetamina. Ven aquí, ven a bailar, ¡tráeme la batalla! Oponente digno del baile. El sonido está en el aire, vamos a ganar, tú tráeme la batalla ya. Tráeme la batalla que me cambie. Ven aquí, ven a bailar, ¡tráeme la batalla! Oponente digno del baile. El sonido está en el aire, vamos a ganar, tú tráeme la batalla ya. Tráeme la batalla que me cambie. Decía Kubrick que si puede ser escrito puede ser filmado, pon una cámara en tu tímpano, que vamos a contarlo, puedes llamarlo icosaedro de Rubik, guardo mis mejores frases en un banco de Zúrich. No es por competir, aviso, el charco que piso es algo parecido a las lagrimas de MCs a los que martirizo. Bebo agua del Sahara, doy la charla a tu psiquiatra, ¡respétame! Como el micrófono a Sinatra. Las voces de mi almohada no se callan, aquí planto batalla, al descubierto, soy un tipo cerrado, pero sonrío por encima de este corazón blindado, tengo delicada la autoestima y he pensado que cuando toco el micro acribillo este ego debilitado, lo dejo hinchado, lejos de todo, me he quedado solo, hazte a un lado. Ven aquí, ven a bailar, ¡tráeme la batalla! Oponente digno del baile. El sonido está en el aire, vamos a ganar, tú tráeme la batalla ya. Tráeme la batalla que me cambie. Ven aquí, ven a bailar, ¡tráeme la batalla! Oponente digno del baile. El sonido está en el aire, vamos a ganar, si quieres ven, ¡ven a vencerme!
12.
Ella veía en él lo que quería ver, él estaba siempre ahí, cuando se lo pedía y la miraba bien, ella creía ser feliz y era sólo un desliz en la cornisa, cuando llegaba a casa y le decía: «¡Qué guapa estás!», no se borraba la sonrisa, y a la mañana: «¡Buenos días! Te veo muy bien, se nota que te cuidas, tus amigas te tienen envidia, a ellas se las lleva la desidia», las dudas se iban enseguida detrás de él. Su corazón sabía que él era todo cuanto ella quería, volvía a casa sola y se veían, salían de la ducha y se escribían, hacían corazones con el vaho y les unía, eran dos trenes por la misma vía, a ella le valía con mirarlo para creer que no quedaba por tener nada en la vida. Él parecía estar de acuerdo con lo que decía, se reflejaba en él esa mirada fría, su cuerpo de fantasía. Siempre le gustó cómo vestía, cómo lo seducía, cómo lo despedía, ella a veces se fijaba en otros, no es lo que parecía, los consejos se caían en un saco roto, porque le decían: «Déjalo, estás perdiendo todo, vida mía, con esa altanería», pero no, al final siempre volvía, los demás querían romper lo que tenía, hasta que un día se vio más sola que el sol en esa cima, cuando él le dijo: «Ya no eres la misma». Entonces comprendió que su amor era mentira, perdió el control y le gritó: «Sal de mi vida por favor». Lo golpeó hasta que lo hizo añicos y allí quedó: estaba enamorada del espejo que rompió.
13.
—Interludio—
14.
Personajes 04:15
No sé qué esperáis de mí, si todo lo que soy lo aprendí de Chandler Bing. En la primera fila del aula de John Keating, sueño mi vida secreta como Walter Mitty, indomable como Will Hunting moviendo el lápiz, soñando dar en el clavo como Katniss Everdeen, Guillermo Tell, Oliver Queen, Clint Barton, Floyd Lawton, Robin Hood, Lucky Luke, Shane Goose; todos me enseñaron actitud. Mi padre me enseñó a Hèrcules Poirot, después leería yo los casos de Monsieur Dupin, de Sherlock Holmes y Patrick Jane. Tengo una parte oscura como Bruce Wayne, fumando como Rustin Cohle, reflexionando, acabo preguntando yo en tu interrogatorio, estoy en tus sueños con Dom Cobb, premonitorio, dejando con la intriga al auditorio, espera a lo que viene en el próximo episodio. Y es que todo lo que soy es todo cuanto vi, todo lo que escribo es aquello que leí, todo lo que saco es lo que está en mí, si alguna vez enseño… es porque aprendí. Y es que todo lo que soy es todo cuanto vi, todo lo que escribo es aquello que leí, todo lo que saco es lo que está en mí, si alguna vez enseño… es porque aprendí. Me estoy volviendo un fantasio como Bastian Balthasar Bux, viajo al pasado como lo hizo Trunks, en el castillo de Grayskull desenvaino la espada de Excálibur y yo tengo el poder, con la brújula de Jack Sparrow, soy un transformer, Optimus Rhyme es mi nombre, pago mis deudas como un Lannister, mi estudio es la oficina de Don Draper, los hombres grises van detrás de mí pero me he construido un búnker, vivo como V, rodeado de vinilos y de libros, de centauros y de grifos, de magos y castillos, aunque sé que me vigilan como a Winston Smith, porque soy un divergente como Tris que vive en Matrix, ésta es mi pócima de Astérix, colgado en las paredes como Peter Parker, peleando como Street Fighter, pero ya no hacen series como las de antes, te lo juro por el polvo de diamantes. Y es que todo lo que soy es todo cuanto vi, todo lo que escribo es aquello que leí, todo lo que saco es lo que está en mí, si alguna vez enseño… es porque aprendí. Y es que todo lo que soy es todo cuanto vi, todo lo que escribo es aquello que leí, todo lo que saco es lo que está en mí, si alguna vez enseño… es porque aprendí. Galaxy Rangers, en las calles de Londres John Luther, Sylar contra Petrelli, yo contra Tyler Durden, me voy del planeta como Joseph Cooper o como Peter Quill, mil molinos con la forma de un gigante se presentan ante mí, a lomos de Rocinante con la lanza en ristre, o espadachín como Diego Alatriste, como D’Artagnan, mi reino por JARVIS y el traje de Iron Man. Tommy Vercetti por las calles de Vice City, Sniper haciendo grafitis, Gandalf el Gris fumando en pipa, no tengo varita como Dumbledore, mi truco lo hago con mi micro atómico, es mi día del tentáculo, me estoy volviendo frío como un iceberg, puedes llamarme Heisenberg, robé el cuerno de Venger para beber como Bender, como Darth Vader, chaval, en el rap yo soy tu padre. Y es que todo lo que soy es todo cuanto vi, todo lo que escribo es aquello que leí, todo lo que saco es lo que está en mí, si alguna vez enseño… es porque aprendí. Y es que todo lo que soy es todo cuanto vi, todo lo que escribo es aquello que leí, todo lo que saco es lo que está en mí, si alguna vez enseño… es porque aprendí.
15.
Ciudades 03:23
El claxon y el taxi, el polvo en el backseat, tu disco y tu maxi, el éxtasis, el golpe en el chasis, luces, ciudades, el coche, la moto, tírame la foto, el after, garitos, las drogas, te invito, comprar modelitos, el punky y el pijo, número y prefijo, el piercing y el tattoo, la marca, el estatus, el restaurante caro, el grito, el estadio, la banda y los bandos, el césped de asfalto, dinero en el banco, cerrojos cerrados, navajas, atracos, universidades, dinero negro y oficinas de trabajo, humo en el cielo, miseria en el suelo, músicos de metro, esos bares llenos, las prisas, los nervios, el jueves medio muerto, ruido de aeropuerto. Pateando ciudades, pisando los bares, miro los detalles, sí, y me pierdo en los detalles, sí, esa es la verdad, ahá. Pateando ciudades, pisando los bares, me veo en las calles y me dan ganas de escapar me dan ganas de escaparme ya. ¡Escapa! De las… Ciudades, ciudades, ciudades, ¡ah! ¡Escapa! De las… Ciudades, ciudades, ciudades, ¡ah! ¡Escapa! De las… Ciudades, ciudades, ciudades, ¡ah! ¡Escapa! ¡Ya! ¡Escapa! ¡Ya! ¡Escapa! ¡Ya! ¡Escapa! ¡Ya! La multa, el impuesto, el móvil y el gasto, las luces, atascos, el desertor, el cruce, tu puesto, Google y un charco, la scooter y el casco, el tráfico del narco, la puta y la esquina, la policía mira con los hombros arriba, gimnasio y oficina, la tienda del chino, posar modelitos, la gente y el ruido, el coche deportivo, el tiempo me arde, siempre llego tarde, maletines y trajes, ladrones elegantes, currantes de calle, las tribus urbanas, el chico malo manda, tengo desconfianza, el precio que sube, la vida que baja, el gris de las nubes, blanqueo de pasta, la moda te cambia, la fiesta, la plaga, la noche sin dormir, saludos por Madrid. Pateando ciudades, pisando los bares, miro los detalles, sí, y me pierdo en los detalles, sí, esa es la verdad, ahá. Pateando ciudades, pisando los bares, me veo en las calles y me dan ganas de escapar me dan ganas de escaparme ya. ¡Escapa! De las… Ciudades, ciudades, ciudades, ¡ah! ¡Escapa! De las… Ciudades, ciudades, ciudades, ¡ah! ¡Escapa! De las… Ciudades, ciudades, ciudades, ¡ah! ¡Escapa! ¡Ya! ¡Escapa! ¡Ya! ¡Escapa! ¡Ya! ¡Escapa! ¡Ya!
16.
Y punto 03:49
No vengo pacífico, soy un transatlántico en el Índico, ya sabes quién es el dueño del micro, mi juego es íntegro, si quieres te firmo un autógrafo, o te doy mi teléfono luego, pero deja que termine mi párrafo, no hay nada de nuevo. Este movimiento ha cambiado, antes era más yanqui, más tranqui, ahora, si ser real es ser un yonqui, entonces soy un fake, tronqui. Acuérdate de estos perros viejos, que ya peinan canas y lo hacen fresco, A mí no me llama vendido ni la máquina de refrescos. Ya te lo dije, Conexiones fue sólo el principio, jugamos limpio pero nos tiramos al barro, sin comernos el tarro, ya me da igual si hago rap o no, aquí mis palabras caen a plomo y me parecería poco todo lo que ganara, porque no hay dinero para pagarme, no vine a por empates, vine a hacer jaques mate, témplate al enfrentarte a estos ochenta y dos quilates, yo hago esto desde infante, es normal que no puedas alcanzarme, empecé siendo del dólar la ese, froté la garganta hasta hacer que la voz se corriese en la primera noche, a cualquier ritmo le pongo este broche, remato de crochet, y aquí cualquiera coge un micro y canta, igual que cualquiera aporrea una guitarra, pero de ahí a ser Paco de Lucía hay una caminata, que le jodan a tu práctica, a tus entrenamientos, deja que salga el talento innato y ponme en ese catálogo si lo que quieres es vender micrófonos, cuidado con esos silencios incómodos, te dejo mi nombre como un grafitero de Londres. Es mi forma y es mi fondo, es mi letra y puño. Es mi voz, es mi manera, mi canción y punto. Es como ha de ser, éste es mi yo. Es lo que ves. Es mi forma y es mi fondo, es mi letra y puño. Es mi voz, es mi manera, mi canción y punto. Es como ha de ser, éste es mi yo. Es lo que ves. Si quieres te dejo unos versos para grabar en tu disco, ¿se os ha acabado la creatividad o es que os la suda lo que digáis y que grabáis lo primero que encontráis y hacéis un vídeo? Qué sé yo, si sólo hablas de tu barrio y de tu rap es normal que sólo te escuchen raperos de tu barrio, luego dirás que nadie más es real, que tú si sabes cómo partir el escenario, de mí a ti hay un abismo, la peor nostalgia es echar de menos a uno mismo. Yo no soy de la calle, he dormido en camas, hostales y bares la mayor parte de las veces, la fama no se merece, mi rap suena en la casa, no se vende en escaparates, apostando al trece fui de disparate en disparate, aquí cualquier revólver cree que puede dispararte y ser mejor que tú sin respetart. No es de lo que se trata. Tú podrás fluir como un río, yo lo suelto más como una catarata, aquí todos dicen ser underground y son más como ratas de cloaca esperando ver la luz, mientras ahí fuera el mundo necesita a Robin Hood, mientras nos envenenamos brindamos diciendo: «¡Salud!», no vengo a dar lecciones, ni lo pretendiera. Yo sólo hago esta música para calmar a las fieras. Menos criticar y más hacer, lo demás podéis mandarlo fuera, la próxima vez cuando os deje de gustar os cambiáis de acera… para rapear no vale cualquiera. Yo tengo miserias que enseñar y no soy ejemplo, pero no quieras venir a maldecir a mi templo. Esto es una pasión y no se puede explicar. Y no hay más asunto, es lo que hacemos y punto. Es mi forma y es mi fondo, es mi letra y puño. Es mi voz, es mi manera, mi canción y punto. Es como ha de ser, éste es mi yo. Es lo que ves. Es mi forma y es mi fondo, es mi letra y puño. Es mi voz, es mi manera, mi canción y punto. Es como ha de ser, éste es mi yo. Es lo que ves.

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Puedes conseguir la versión física en CD de este disco visitando johancladheart.com/tienda/. ¡Gracias por el apoyo!

credits

released November 21, 2016

Música:

Luisoko: Como un clavo, Libre, Tráeme la batalla.
King Loops: Crimen, El último mono (2).
WA Production: Mi nombre en el ritmo.
Fox Samples: Tarareo, Y punto.
Strategic Audio: Buscando algo, Nada cambia.
Samplephonics: Ciudades.
Urbanistic: El último mono (1).
Big Fish Audio: Ella lo quería.
Kryptic: Personajes.
El Marionetista: Premonición, Después de todo.

Voces invitadas:

Bea: Libre.
Txema Fonz (Somas Cure): Tráeme la batalla.
Tamara: Después de todo, Ella lo quería.
Luisoko: Después de todo, Nada cambia.

Voz, letra, mezcla y diseño: Johan Cladheart.
Masterización: Luisoko.
Fotografía: Fernando Suárez.
Información y contacto: www.johancladheart.com

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Johan Cladheart Madrid, Spain

Escribo discos y canto libros.

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